Nunca te pediremos información confidencial, y tampoco la compartas con nadie.
Desconfía si recibes una llamada o mensaje donde te soliciten cualquiera de la siguiente información:
El phishing es uno de los fraudes cibernéticos más frecuentes. Los estafadores envían correos electrónicos, mensajes de texto o crean sitios web falsos que imitan a instituciones legítimas (como bancos o empresas). Su objetivo es engañar a los usuarios para que revelen información confidencial, como contraseñas, números de tarjetas de crédito o datos personales.
Recomendación:
Es una variante más personalizada del phishing. En lugar de enviar correos masivos, el atacante se dirige a una persona o grupo específico, utilizando información detallada para parecer aún más convincente.
Sé cauteloso con los correos dirigidos específicamente a ti que te soliciten información personal o financiera.
Si algo parece inusual o sospechoso, contacta directamente a la institución por canales oficiales.
Evita proporcionar demasiada información personal en redes sociales, ya que puede ser usada para crear un ataque personalizado.
Consiste en obtener información personal de las víctimas para hacerse pasar por ellas y realizar transacciones fraudulentas, como abrir cuentas bancarias, solicitar créditos o hacer compras en su nombre.
Utiliza contraseñas fuertes y únicas para cada cuenta, y cambia tus contraseñas periódicamente.
Activa la autenticación de dos factores (2FA) siempre que sea posible.
Monitorea tus estados de cuenta y reporta cualquier actividad inusual de inmediato.
Este fraude se produce cuando los ciberdelincuentes crean tiendas en línea falsas o piratean plataformas legítimas para obtener los datos de pago de los clientes. Los productos pagados nunca llegan o, en algunos casos, los estafadores roban los datos de las tarjetas de crédito.
Compra solo en sitios web conocidos y verifica que la URL comience con “https”.
Evita guardar tus datos de pago en tiendas en línea si no es necesario.
Usa plataformas de pago seguras como PayPal o tarjetas virtuales para proteger tus datos financieros.
El “skimming” ocurre cuando se colocan dispositivos en cajeros automáticos o terminales de punto de venta para capturar los datos de la tarjeta y el PIN. Con esta información, los delincuentes pueden clonar la tarjeta y realizar retiros o pagos fraudulentos
Revisa el cajero antes de usarlo, busca dispositivos extraños en la ranura de la tarjeta o en el teclado.
Cubre el teclado al ingresar tu PIN.
Utiliza cajeros automáticos en lugares seguros, preferiblemente dentro de sucursales bancarias.
Los delincuentes utilizan tácticas psicológicas para manipular a las personas y hacer que revelen información confidencial. Esto puede ser a través de correos, llamadas telefónicas o incluso en persona. La confianza y el sentido de urgencia suelen ser elementos clave en este tipo de estafas.
Sé escéptico con solicitudes urgentes de información personal o financiera.
Nunca reveles información confidencial en respuesta a una llamada, mensaje o correo no solicitado.
Si recibes una solicitud sospechosa, contacta directamente a la empresa o institución usando un número de contacto oficial.
Algunas aplicaciones móviles maliciosas o vulnerables pueden robar datos personales o financieros, o bien permitir que los delincuentes accedan a las cuentas bancarias o de tarjetas de los usuarios.
Descarga aplicaciones solo de tiendas oficiales (App Store, Google Play).
Revisa los permisos que solicitan las aplicaciones y evita conceder acceso innecesario a datos confidenciales.
Mantén tus aplicaciones y sistema operativo actualizados para protegerte de vulnerabilidad
El malware incluye virus, troyanos, spyware y ransomware, entre otros. Estos programas maliciosos pueden robar datos, espiar las actividades del usuario o incluso bloquear el acceso a sistemas hasta que se pague un rescate (ransomware).
Mantén actualizado tu software antivirus y antimalware.
No descargues archivos ni programas de fuentes no confiables.
Evita hacer clic en enlaces desconocidos o abrir correos electrónicos sospechosos.
En estos ataques, los ciberdelincuentes cifran los archivos de una persona o empresa y exigen un pago (generalmente en criptomonedas) para desbloquearlos. Es común que el ransomware se propague a través de correos electrónicos con archivos adjuntos maliciosos o mediante la descarga de programas no verificados.
Realiza copias de seguridad de tu información importante de forma regular.
No abras archivos adjuntos ni enlaces de remitentes desconocidos.
Mantén tu software actualizado y utiliza un software de seguridad que pueda bloquear ataques de ransomware.
Con el auge de plataformas de pago como PayPal, Apple Pay o Google Wallet, también han crecido los fraudes asociados. Los ciberdelincuentes pueden acceder a estas cuentas a través de técnicas de phishing, malware o vulnerabilidades en los sistemas.
Configura alertas de actividad para recibir notificaciones instantáneas sobre cualquier movimiento.
No compartas tus credenciales de acceso a plataformas de pago con nadie.
Utiliza contraseñas fuertes y únicas para cada plataforma y activa 2FA.